Sociedad y adaptación frente al cambio climático

Comisión Asesora en Ambiente
Hace unas semanas expertos internacionales de organismos científicos, alertaron sobre la necesidad que la humanidad se adapte de manera emergente de aquí y hacia fines del siglo, para enfrentar las devastadoras consecuencias del calentamiento global.
En noviembre la COP26 de Glasgow (Conferencia de las partes ONU) que pretendía monitorear el Acuerdo de Paris (2015), se expuso que  la diferencia entre 1,5 y 2 grados puede ser catastrófica en cuanto a incremento de olas de calor, incendios, sequías e inundaciones. Dicha cumbre en Escocia se convirtió en uno más de tantos hitos mundiales que sólo contienen retórica y muy poca cooperación y solidaridad internacional. Prueba de ellos fue la ausencia de los líderes Putín y Xi Jinping, y de América Latina faltaron los dos mayores emisores: Brasil y México, no obstante el regreso de EEUU a la mesa de negociaciones, luego del portazo de Trump en 2015.
Por caso en octubre pasado, diciembre y parte de enero Argentina padeció una ola de calor inédita, particularmente en Córdoba y ahora en forma dramática acabamos de asistir a las recientes inundaciones en Brasil, y muy cerca simultáneamente en el mismo continente, los incendios forestales en Corrientes. 
“Este es el verano más fresco del resto de nuestras vidas”, advierte el abogado ambientalista Enrique Viale. Y por su parte el climatólogo Leandro Díaz, señala que las temperaturas en el país han aumentado en promedio en las últimas décadas y sobre todo a partir de 2010. Cita un estudio realizado por el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) sobre la extensa ola de calor de diciembre de 2013, de 18 días de duración. 
Precisamente por estos días se está culminando un informe del IPCC (borrador del VI Informe de Evaluación del CC) que se comenzará a publicar hacia fines de febrero y en el que sucintamente se asevera:
El cambio climático está intensificando el ciclo hidrológico y está afectando a los patrones de precipitación. En las latitudes altas, es probable que aumenten las precipitaciones
Se esperan cambios en las precipitaciones monzónicas, que variarán según la región 
Las zonas costeras experimentarán un aumento continuo del nivel del mar a lo largo del siglo XXI
Un mayor calentamiento amplificará el deshielo del permafrost (capa de suelo congelado permanente que contiene altas proporciones de metano y dióxido de carbono) 
pérdida de la capa de nieve estacional, el derretimiento de los glaciares y los mantos de hielo, y la pérdida del hielo marino del Ártico y la Antártida
El calentamiento y la acidificación del océano, el aumento de la frecuencia de las olas de calor marinas, y la reducción de los niveles de oxígeno afectan tanto a los ecosistemas de los océanos como a las personas que dependen de ellos
En el caso de las ciudades, algunos aspectos del cambio climático pueden verse amplificados, como el calor en las zonas urbanas y sus alrededores y las inundaciones debidas a episodios de precipitaciones extremas y recurrentes. 
Para finalizar esta crónica, digamos que quedaría evidenciado que la única salida de corto y mediano plazo, es decir hacia fines de esta centuria, el hombre no encontrará salida si no es a través de su adaptación al CC. Cambios en la matriz energética reemplazando combustibles fósiles por energías renovables como eólica, solar, fotovoltaica, mareomotriz, biomasa, etc. Detener la deforestación y potenciar la reforestación de bosques y manglares. Desarrollar la explotación del gas shale en Vaca Muerta (a pesar del cuestionado fracking hidráulico) Desarrollo de los mercados de finanzas y bonos de carbono. Cambios en paradigmas socioculturales (hiperconsumismo y obsolescencia programada). Potenciar la economía circular.  Pero todo esto ya es un nuevo desafío por venir, que hay acompañar con criterios humanos, solidarios y de profundo respeto y defensa de los ecosistemas, que intentaremos abordar en próximas notas.
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