Decisiones empresariales: el análisis de la Comisión de Administración

Los integrantes de la comisión ofrecen una serie de “consejos” sobre lo que se debe tener en cuenta.

La comisión de Administración del CPCE ofrece una serie de consejos sobre decisiones empresariales.
 
A continuación el documento: 
 
“El empresario de éxito es aquel que sabe tomar las mejores decisiones con los recursos con que cuenta para solucionar los problemas que a diario se le presentan. Toda decisión lleva consigo el análisis de la situación macro o micro-económica que puede tener una solución estratégica en ambos casos, dependiendo ésta de los medios utilizados para solucionar un problema. Las decisiones empresariales deberían asumirse de manera secuencial, teniendo muy presente que primero es necesario definir los propósitos o  metas generales (decisión en general) para luego determinar los medios y los métodos de ejecución (decisión de ejecución).
 
“Al respecto, las decisiones en general son aquellas que están limitadas por los recursos intrínsecos de la organización (sistema endógeno), frecuentemente ignorado por los decisores pese a su gran importancia y lo externo a la misma (sistema exógeno) o sea el mundo que la rodea. Para comenzar a dar solución a un problema es necesaria la voluntad para asumir la decisión y la adopción de alternativas de solución, culminando con la elaboración de proyectos empresariales.
 
“Se puede afirmar que existen diferentes decisores empresariales, que suelen utilizar diversos enfoques sobre un problema determinado. Hay decisores empresariales que son reticentes a tomar decisiones tanto medidas como apresuradas; podríamos aseverar que son aquellos que simplemente “no deciden”; son resistentes al cambio y encuentran un justificativo a medida de sus indefiniciones. Este es el claro ejemplo de los inactivistas, aquellos que se resisten al cambio y prefieren dormir en la tranquilidad de los cementerios, ya que “decidir” implica un riesgo, y necesariamente el pago de un costo; no asumen riesgos.
 
“Así también, están los que pudiendo decidir, prefieren que otros lo hagan, no pagando costos si “los demás” se equivocan, disfrutando de las mieles del poder si de la decisión adoptada, se obtiene un “rédito” político y/o empresario por la gestión. Es fácil observar como se critica o desdice a quienes en su m omento como piloto de ensayo son lanzados a decidir sobre cuestiones conflictivas y riesgosas.
“Existen caminos a seguir más fáciles de adoptar cuando se aplican recetas de antaño que en el pasado dieron resultado y que ahora se brindan como solución a problemas donde el contexto es diferente. En este caso, el riesgo de fracasar es muy alto, ya que no existen  las mismas soluciones para viejos problemas, siendo ésta una gran deficiencia del planeamiento tradicional imperante en aquellas organizaciones carentes de innovación, que reaccionan ante una acción determinada.
 
“En innumerables empresas se repiten estrategias que funcionaron en otros ámbitos y en otras circunstancias, con efectos lamentables, ya que, como sabemos, no existen empresas idénticas, la identidad de unas y otras a imagen y semejanza de nuestras huellas digitales no se repiten en el mundo. Otros, avanzan un poco más en el proceso de
toma de decisiones consultando a los demás y tomando nota de situaciones probables, sin dejar de confiar – por supuesto – más en sus capacidades técnicas, intuitivas, que en la experiencia que el conjunto pueda aportar.
“Existen aquellos que realizan un proceso mental de análisis sin metodología, que no les permite equivocarse y volver atrás desconociendo que la equivocación es también un “paso” posible, como lo es la corrección del fallo si existe un proceso que permita utilizar lo analizado, y volver sobre los momentos o pasos diseñados, en el proceso. La experiencia no es suficiente a pesar de ser muy importante, ya que a nuestro alrededor todo cambia ¡cambian los mercados, cambian los gustos de los consumidores, cambia la tecnología, los métodos de gestión, las formas de vender, etc. Esto implica que además de la experiencia es necesaria la apertura programática mental para adaptarse a los cambios a efectos de preverlos disminuyendo la incertidumbre a través de la planificación.
 
“Ahora bien, a todo lo mencionado se le debe agregar las cualidades personales con relación a la capacidad de dirigir, de comunicar, de organizar de gestionar y de controlar. Hasta aquí vimos que la experiencia, son conocimientos acumulados obtenidos del contacto directo con la actividad, y los conocimientos técnicos son habilidades adquiridas mediante la formación, el estudio, y la dedicación personal. Es verdad que ambos son complementarios y un buen líder que no sepa administrar puede llevar a la empresa a la ruina, como un buen gestor de negocios puede también fracasar si no posee liderazgo. Si se pretende tener éxito como directivo, es condicionante, tener capacidad de diálogo, de comunicación, mantener buenas relaciones personales, y trabajar para ser líder de una empresa como “un gran grupo de personas y no un conjunto de grupos aislados”.
“Nuestro mundo contemporáneo nos demanda la utilización de una de las cualidades innatas emparentada con la génesis del ser humano; me refiero, a las cualidades intuitivas. En toda decisión es importante una cuota de intuición, pero no en demasía, ya que el “olfato “del decisor en situaciones problemáticas sin un análisis exhaustivo técnico y pormenorizado lleva al decisor a cometer errores graves justamente por ausencia de un marco teórico, conceptual y metodológico.
 
“La recomendación por lo tanto es sumar a las cualidades personales, el conocimiento y la experiencia, más un grado importante de intuición como corolario de una gestión eficiente y eficaz.

“En este aspecto, nuestra profesión, como Lic. en Administración de Empresas, nos brinda todas las herramientas necesarias para que los profesionales en Ciencias Económicas contribuyan a agregar valor a los liderazgos personales. La Comisión de Administración del CPCE de Córdoba, es un espacio que realiza aportes a la formación y capacitación de los profesionales, dentro un de ámbito ameno y productivo”.

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