Nuestro Código Civil y Comercial desarrolló una sección para legislar sobre Contabilidad y Estados Contables, en la que describe quiénes son los obligados y el modo de llevar la contabilidad, los registros indispensables y sus formas, los libros, el tiempo de conservación y una mención especial de los estados contables mínimo que se deben confeccionar.
Este Código Civil y Comercial es el puntapié inicial que nos proporciona la obligación legal de las registraciones de todo ente que realiza una actividad económica, sea cual fuere su estructura que haya adoptado.
Además, es de suma importancia que esa contabilidad y el posterior armado de los estados contables sean los documentos que permitan efectuar, por parte de los administradores, apoderados, órganos de dirección y gestión, una verdadera rendición de cuentas sobre lo actuado para mostrar la verdad de los hechos.
Pero, además de la obligación legal de la emisión de los estados contables, queremos rescatar la importancia de contar con ellos cumpliendo, más allá de ciertas condiciones, con las reglamentaciones y condiciones profesionales que se deben respetar, para poder administrar, gestionar, planificar y dar conocimientos de la “salud “ de la empresa a usuarios internos y externos.
En la era de la información, donde el acceso es rápido y de baja inversión, en ocasiones, no podemos determinar qué es lo importante de lo que debemos considerar para nuestra labor como administradores, propietarios, accionistas o asesores de un ente.
La profesión de Ciencias Económicas emite las resoluciones técnicas como guía para poder mostrar, a través de los estados contables, la realidad económica-financiera de lo actuado, acorde a los cambios que se producen en el mundo económico, social y político.
Una actividad importante es el análisis de estados contables a partir de una labor objetiva basada en la recolección de datos. Esta tarea es la base para aplicar los procedimientos que permiten observar y examinar, en una tarea subjetiva de interpretación dominada por la formación técnica del profesional que la ejecuta, y que permitirán formular opinión fundada sobre el estado general del ente, las causas que generaron esa situación y pronosticar proyecciones del futuro de la organización.
La diferencia entre análisis económico y análisis financiero
Analizar desde el punto de vista económico el estado de una firma significa averiguar en qué forma y en qué medida los capitales invertidos producen resultados. En cambio, analizar la situación financiera significa indagar en qué forma y en qué medida dichos capitales se concretan en disponibilidades más o menos inmediatas y suficientes para cancelar las obligaciones contraídas y atender las necesidades de la explotación.
Información de los estados contables
Según las resoluciones técnicas, los estados contables que determinan el actuar del profesional por medio de su informe de auditoría deben contener, como mínimo, lo siguiente:
- El Estado de Situación Patrimonial o balance general a un momento determinado. Expone el activo, el pasivo y el patrimonio neto.
- El Estado de Resultados. Suministra información de las causas que generaron el resultado atribuible al período.
- O “Estado de Recursos y Gastos”. Para entes sin fines de lucro.
- El Estado de Evolución del Patrimonio Neto. Informa la composición del patrimonio neto y las causas de los cambios acaecidos durante los períodos presentados en los rubros que lo integran.
- El Estado de Flujo Efectivo. Muestra la evolución financiera para conocer las consecuencias de las actividades operativas, de inversión y de financiación.
- Notas con las políticas contables utilizadas y grado detalle de los Rubros expuestos
- Toda la información en cada uno de dichos estados expuestos en forma comparativa del período anterior.
- Acompañado de la información complementaria que se estime conveniente y significativa para que esa Rendición de Cuentas se fundamente con información que aclare, amplie todo lo expuesto en los Estados Contables
El objetivo de los estados contables que se emiten radica, exclusivamente, en mostrar riqueza o solvencia patrimonial para cumplir compromisos con terceros, y en exponer un adecuado resguardo del patrimonio público, entendiendo por éste la totalidad de los bienes tangibles e intangibles que administra la sociedad o el ente, y la utilización transparente de los recursos que percibe.
Reflexión final
Como se mencionó, la información expuesta debe ser de la totalidad de cualquier compañía, en el llamado “sistema integrado de información”. En este sistema no pueden quedar afuera los estados contables (o balance), que son el producto final de toda esa recolección, sistematización, registración y exposición del universo de datos que se producen en la organización a partir de diferentes hechos económicos acaecidos en la vida del ente.
Ahora, nos preguntamos: ¿los estados contables cumplen con ese objetivo? Y, para dar respuesta a esa pregunta, apuntamos fundamentalmente a pequeñas y medianas empresas, con o sin fin de lucro. En principio, y basados en la experiencia profesional, lamentablemente, podríamos responder que NO.
Entre las causas de esta situación, sin ser taxativos, concluimos que podrían ser las siguientes:
- Organizaciones que no poseen registraciones contables. Es decir, la contabilidad está ausente y sólo posee registraciones exigidas para el cumplimiento de normativa impositiva o laboral.
- No se han asignado a la administración recursos tecnológicos, humanos y monetarios para presentar información que tenga como objetivo la exposición del juego de estados contables como los mencionados.
- Los profesionales nos hemos dedicado a “vender” servicios enfocados en el cumplimiento de regulaciones impositivas, laborales y otras, dejando de lado a la contabilidad.
- Si bien, en muchos casos existe la preparación y emisión de los estados contables, esto se realiza en forma inadecuada y se ponen a consideración a los interesados internos en forma inoportuna (en un momento del tiempo inadecuado).
Desafío profesional
Mucho hemos escuchado sobre los cambios de la cultura organizacional, del avance vertiginoso de la tecnología, de la información al alcance de todos, con reducción de costos para obtenerla.
Será, entonces, el momento de enfocarnos en que los conocimientos académicos sean aprovechados para mostrar a los usuarios que podemos generar información de la compañía necesaria para conocer la “salud” y realizar un diagnóstico que permita diseñar mejores productos o servicios, ser eficiente en la producción, comercialización y satisfacción a los clientes/consumidores, que son quienes aportan a la rentabilidad con resultados positivos económicos o no si fuera una organización sin fines de lucro.
Autores: Cres. Ivón Carmen Airut y Húber Antonio Dellarole. Integrantes Comisión Asesora de Contabilidad y Auditoría del CPCE de Córdoba.