En 1919, en la primera conferencia de la recién constituída Organización Internacional del Trabajo, se aprobó la adopción universal de la jornada laboral de ocho horas.
En la Argentina el 1° de mayo de 1890 un grupo de trabajadores, recordando aquella fecha, se reunió en la plaza de la Recoleta para presentar un petitorio a las autoridades en reclamo de sus derechos. Años más tarde el 1° de mayo fue declarado Día del Trabajo, al igual que en gran cantidad de naciones.